SICILIA 2016 Libro de Viaje de Amigos de la Alcazaba (VIII)
Octavo día. Sábado 11 de diciembre. Taormina
Nuestro último día en Sicilia es la «Perla» de Taormina. Una magnífica terraza desde la que se contempla extraordinarios paisajes, con el Etna y el mar como protagonistas.
Por mar llegaron los griegos y la ciudad creció a la sombra de Siracusa, a la que siempre permaneció fiel. Pero al decaer Siracusa Taormina se convirtió en la capital de la Sicilia bizantina hasta que la conquistaron los árabes.
Taormina tiene como protagonista el Corso Umberto, la calle que recorre la antigua ciudad amurallada desde la puerta oriental que va a Messina y la occidental que va a Catania. está llena de tiendas de muy buen gusto, que hacen las delicias de los turistas, y magníficos monumentos. En Taormina podemos contemplar la Iglesia de San Agustín, la Torre del Reloj, los palacios de Ciampoli, de Corvaja y el de los Duques de San Estéfano, el castillo medieval, la iglesia de San Pancracio, la catedral del siglo XII…
Pero la joya es el Teatro Griego, maravilla del ingenio humano, combinando arte y naturaleza, que nos habla del espíritu idealista y hedonista de los constructores griegos. Allí está, encaramado sobre la ciudad, como si fuese la tribuna desde donde disfrutar de un gran espectáculo teniendo como fondo el Etna, siempre «fumándose su puro». Los romanos heredaron este teatro y lo transformaron en el siglo II a.C. y así nos ha llegado a nosotros.
Nuestro hotel también es un lujo para ver como el sol se pone tras el Etna y la ciudad comienza a encender sus luces. Es el momento de la despedida de Sicilia. Paseamos por el Corso Umberto, con una maravillosa iluminación navideña, y cenamos con un buen vino siciliano. ¡Por Sicilia!