EL MUSEO CASA IBÁÑEZ INCORPORA UN SOROLLA A SU COLECCIÓN.
Se trata del retrato de la condesa de Albox, pintado en 1905.
Tras arduas gestiones, el Museo Casa Ibáñez de Olula del Río está a punto de ingresar en sus fondos permanentes una obra emblemática de Joaquín Sorolla. Se trata de uno de los retratos más importantes ejecutados por el maestro valenciano a lo largo de su vida; el de Doña Carmen Avial y Llorens, condesa de Albox. Pintado en la cúspide de su carrera y prestigio social, firmado y fechado en el año 1905, cuando era aclamado como el más importante pintor español de su tiempo. El cuadro, que acaba de ser adquirido por la institución olulense, había permanecido hasta hoy en poder de los herederos del conde de Albox, residentes en Madrid.
La obra, de considerables dimensiones (200 x 150 cms), representa a la retratada sentada en un elegante sillón rococó y vistiendo un suntuoso traje de fiesta. La condesa posa en el taller que, por aquel entonces, tenía Sorolla en la calle Miguel Ángel de la capital madrileña. En la documentación familiar del pintor, conservada por Blanca Pons Sorolla (biznieta del artista), consta una anotación de Clotilde García –esposa de Sorolla- del año 1905, que dice textualmente: “He recibido del Sr. Eguilior 5000 pesetas en pago por el retrato de su señora”. La cantidad era una suma disparatada para la época, lo que da buena cuenta del prestigio alcanzado por Sorolla y el tipo de clientela que acudía a solicitar sus servicios como retratista.
El conde de Albox.
Don Manuel Egulior y Llaguno (Limpias, Cantabria, 1842 – Madrid, 1931) es un personaje fundamental de la época de la Restauración española. Estudió derecho en Madrid y militó en el partido liberal de Sagasta. Diputado por Santander durante más de veinte años y ministro durante quince; primero de Hacienda y después de Salud Pública y Bellas Artes. Se casó con Doña Carmen Avial y Llorens (1845 – 1916), perteneciente a una acaudalada familia de negocios.
Tras las terribles inundaciones de 1891, que arrasaron el pueblo de Albox, la reina regente María Cristina le nombra alto comisionado para el reparto de los socorros y la reconstrucción de las zonas devastadas (el primero había sido el marqués de Aguilar de Campoo). Don Manuel llega a Albox en 1893, cuando las obras del muro de contención de la rambla están muy avanzadas. Remata lo iniciado por el primer comisionado y permanece en Albox hasta 1905. En todo ese tiempo, supervisa todas las obras que se realizan en la localidad para su reconstrucción y es el máximo responsable de la primera canalización que lleva el agua corriente hasta la plaza de la iglesia. La pequeña fuente de mármol, con sus cuatro caños, se colocó en 1904; un momento histórico para el pueblo que tanto había sufrido.
Tras su vuelta a Madrid en 1905, el ya rey Alfonso XIII le distingue –en pago a sus servicios y a la labor realizada- con el título de conde de Albox. Para ser consecuente con tan alta distinción, comienza a construirse una mansión en Limpias, su pueblo natal, conocida como el palacio del Castañal, hoy Parador de Turismo. Para decorarla encarga a Sorolla, el más cotizado pintor español del momento, el retrato de cuerpo entero de su esposa. Tres años más tarde, en 1908, le encargará el suyo propio, de dimensiones mucho más modestas; esta obra se encuentra en poder del actual conde.
Los condes de Albox murieron sin descendientes, pasando el título a Gregorio, hermano del conde, y más tarde a los herederos de éste. El actual conde de Albox se llama Manuel María Eguilior y Puig de Bellacasa.
El retrato de la condesa.
Los retratos de los condes de Albox son las únicas obras pintadas por Sorolla que tienen vinculación con nuestra tierra, dado que el maestro valenciano no pisó jamás la provincia de Almería. La presencia de sorollas en museos andaluces es escasísima; tan sólo dos obras menores. En el museo de Bellas Artes de Sevilla hay un boceto preparatorio para un jinete de la “fiesta del pan”, la gran composición de la Hispanic Society, y otro boceto de un bebedor vasco en el desmantelado museo de Málaga. Ello hará del retrato de la condesa de Albox la más importante obra de Sorolla expuesta en toda nuestra comunidad autónoma.
El retrato de la condesa, que en pocos días llegará a Olula del Río, está ampliamente documentado y estudiado. La máxima experta mundial en la obra sorollesca, Blanca Pons Sorolla, lo cita expresamente en la gran monografía publicada en 2002 sobre la vida y obra de su bisabuelo. Esta publicación es el preámbulo del catálogo razonado de toda su obra, que en la actualidad confecciona Blanca y será publicado próximamente; en éste, el retrato aparece ya con el número 1514.
En el catálogo de la gran exposición dedicada a Sorolla por el museo del Prado este año pasado, los comisarios de la muestra y conservadores de pintura del XIX de la pinacoteca, Javier Barón y José Luis Diez, citan expresamente el retrato de la condesa de Albox como uno de los más emblemáticos pintados por Sorolla en 1905; ejemplo de retrato mundano con un uso magistral de la luz y el colorido. Precisamente el Prado ha hecho una gran apuesta por el Sorolla retratista, dedicándole una sala en la reciente remodelación que ha recuperado, de forma definitiva, las colecciones del XIX. En este recorrido, Sorolla aparece como el último gran maestro de las colecciones del Prado, heredero de la gran tradición del retrato español iniciado por Velázquez.
En 2003, con el título “Sorolla y los condes de Albox”, los historiadores del Arte Luis Sazatornil y Ana Belén Lasheras, de la universidad de Cantabria, publicaron en Trasdós –revista del museo de Santander- un extenso ensayo sobre estos dos retratos, al tiempo que trazaban una exhaustiva biografía de Manuel Eguilior.
El retrato de Doña Carmen Avial está ejecutado por Sorolla en su etapa de plena madurez técnica y estilística, con un magistral dominio de la luz, una paleta riquísima de matices y una espectacular composición, sabia y austera, de fuertes connotaciones velazqueñas. La riqueza de la pasta pictórica, transparente en unas zonas y empastada en otras, le otorgan una fuerza de expresión insuperable. La obra está en la onda del retrato naturalista, mundano, cultivado también por otros grandes artistas europeos del momento como Sargent, Boldini, Zorn o Casas. En todos ellos, hay a menudo una afectación o decadencia que no encontramos nunca en Sorolla. En la obra del maestro valenciano aparecen la autenticidad y sinceridad, tan españolas, que huyen siempre de todo artificio. El retrato de la condesa de Albox es una especie de cita, por composición y juego espacial, del “Felipe Próspero” de Velázquez, hoy en el museo de Viena.