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Fotografía de Domingo Leiva
Las murallas de Almería nacieron con la ciudad. Fue Abderramán III quien construyó la Alcazaba y las murallas que bajaban desde sus extremos hasta el mar, protegiendo a la ciudad que fundó en el 955. En 1014 Jayrán creó el reino independiente de Almería, viviendo la ciudad momentos de gran esplendor y prosperidad. Con el espectacular aumento de la población, se crearon los nuevos barrios de la Musalla (Oratorio), al este, y al-Hawd (el Aljibe) al oeste, que se protegieron con nuevas murallas que construyó el mismo Jayrán y su sucesor Zuhayr. Éstas murallas fueron reformadas a lo largo de los siglos siguientes hasta que en 1855 el Ayuntamiento ordenó su derribo para permitir el crecimiento urbano. Sin embargo algunos lienzos se salvaron, al estar en terrenos que no interesaban en aquellos momentos, especialmente la muralla que baja de la Alcazaba por el barranco de la Hoya hasta el Cerro de San Cristóbal para luego bajar de nuevo por la calle Antonio Vico, además de algunos lienzos y torres del barrio de la Chanca.
Estas murallas constituyen un patrimonio extraordinario, una joya de nuestra ciudad, incomprensiblemente olvidadas por la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Almería, tanto a nivel de conservación como de difusión, uso turístico e incluso de investigación. Desde Granada, el CSIC sí se están realizando estudios muy importantes. Por ello el pasado mes se organizó en la capital granadina el Simposio Internacional “Las murallas medievales de Almería”. El interés despertado por este evento fue tal que Amigos de la Alcazaba ha organizado en este breve plazo la “Jornada: Murallas Medievales de Almería”, con la coorganización del Ministerio de Ciencia, Innovación e Universidades – Consejo Superior de Investigaciones Científicas, así como la colaboración de Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía. En ellas se darán a conocer los resultados de los análisis cronológicos de estas murallas que en Granada no pudieron presentarse