El Camino Viejo fue, durante muchos siglos, la principal vía de acceso a la ciudad de Almería desde Poniente, siendo sin duda uno de los trayectos más arduos del Sureste peninsular por la complicada orografía de la Sierra de Gádor. Recibe este nombre, Camino Viejo, en contraposición al «camino nuevo» que vino a sustituirlo: la Carretera de Málaga a Almería, posteriormente N-340, más conocida entre los almerienses como la «Carretera del Cañarete».
Esta vía de comunicación, dependiendo de la dirección, continúa hacia Aguadulce descendiente por el Barranco del Cañarete, o bien hacia Enix. En este sentido, en numerosas ocasiones se ha reivindicado la romanidad de esta vía, que habría permitido comunicar Turaniana y Murgi con Portus Magnus y Urci, a través del conocido Itinerario Antonino. En nuestro caso seguiremos únicamente el tramo urbano, que arranca desde el Barranco Greppi y se ve cortado abruptamente por la Cantera de Poniente, que sirvió para la ampliación del puerto de la ciudad.
El Camino Viejo tiene un importante valor sentimental y arraigo popular, y es un enclave rico en valores históricos de índole industrial como los antiguos torreones de fundición y canterías, elementos etnológicos de recogida de aguas y antiguas casas-cuevas, además de torres de fielato, serpentín único del plomo, cable mineral de transporte, ascensor de bloques de caliza de la cantera y baterías antiaéreas de la Guerra Civil. Todo ello guiado por Encarni González, buena conocedora de la zona, con quien también disfrutaremos de las impresionantes vistas de la Almería y la Alcazaba durante el recorrido.
El patrimonio viario, frecuentemente olvidado, supone siempre un testigo de la historia de nuestros pueblos y ciudades, y permiten explicar sus dinámicas internas, sus comunicaciones, su comercio y su visión por parte de los visitantes. Condenado al olvido una vez dejó de utilizarse, han sido numerosos almerienses y colectivos los que venimos reivindicando desde hace décadas su restauración y puesta en valor. En este sentido, podemos señalar que esta visita se suma a las anteriores realizadas por Amigos de la Alcazaba, así como al artículo «Camino Viejo, camino olvidado» de Jesús Escámez Berenguel publicado en «Desde mi ventana».