El Pingurucho merece ser declarado BIC
AMIGOS DE LA ALCAZABA SOLICITA LA DECLARACIÓN DEL MONUMENTO A LOS MÁRTIRES DE LA LIBERTAD COMO BIEN DE INTERÉS CULTURAL
El Monumento a los Mártires de la Libertad, popularmente conocido como “Pingurucho” de los Coloraos, es el principal monumento civil de la ciudad. Conmemora la gesta de los liberales que desembarcaron en nuestra tierra a favor de la Constitución de 1812; detenidos, fueron ajusticiados por la tiranía de Fernando VII el 24 de agosto de 1824.
Desde entonces los almerienses rinden un homenaje cívico a estos “Mártires de la Libertad”, a los que en 1837, muerto el rey felón, levantaron el primer cenotafio, al que trasladaron los restos mortales de los “Coloraos”, llamados así por la casaca roja del ejército británico que vestían en su expedición desde Gibraltar. Y esta tradición aún continúa casi doscientos años más tarde.
Increíblemente este monumento histórico no goza de ninguna protección jurídica, ni en el Catálogo de espacios y bienes protegidos del PGOU 98, actualmente vigente, ni en el Catálogo General del Patrimonio Andaluz, y ello pese a encontrarse en la Plaza Vieja, en pleno Conjunto Histórico de Almería y en el entorno del Convento de las Claras, otro BIC declarado. Esta desprotección posibilita la pretensión del Ayuntamiento de efectuar su traslado fuera de la Plaza Vieja, lo que Amigos de la Alcazaba considera un despropósito, pues además del grave deterioro del bien patrimonial, supondría la pérdida de valores de la Plaza Vieja, corazón de nuestro Casco Histórico, como del propio Pingurucho, fuertemente vinculado a nuestra plaza por la historia, la tradición, el estilo artístico y el simbolismo: la defensa de la Constitución en la Plaza de la Constitución, sede del poder municipal democrático.
El Pingurucho es merecedor de la categoría de Bien de Interés Cultural, pues según la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía “tienen la consideración de Monumento, los edificios y estructuras de relevante interés histórico, arqueológico, paleontológico, artístico, etnológico, industrial, científico, social o técnico”, y evidentemente, el Pingurucho posee valores históricos, artísticos y sociales sobrados para merecer este calificativo. Por ello, Amigos de la Alcazaba ha solicitado a la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico la incoación del Pingurucho como BIC, acogiéndose al artículo 9.1. de la Ley 14/2007 del Patrimonio Histórico de Andalucía, que señala que “cualquier persona física o jurídica podrá instar a esta Consejería, mediante solicitud razonada, dicha incoación”. Y para justificar dicha solicitud, nuestra asociación ha presentado un completo estudio de 42 páginas donde se destacan los valores el monumento, basándose en la historia y la bibliografía publicada acerca del monumento, además de las colaboraciones aportadas por reconocidos especialistas del patrimonio almeriense.
Amigos de la Alcazaba considera que la actual desprotección jurídica del Pingurucho de los Coloraos obedece a excusas ajenas a sus valores patrimoniales. De hecho las dos razones principales que se esgrimen públicamente por quienes niegan sus valores nada tienen que ver con lo que establece la Ley de Patrimonio. Por un lado, los negacionistas esgrimen que “no es bonito”, pero olvidan que en su construcción participaron algunos de los arquitectos más significativos de la Almería del sigo XIX: Martín Baldó, Enrique López Rull y Trinidad Cuartara. Que es un “mamotreto”, añaden, pero quien lo dice no quiere recordar que estos argumentos subjetivos estéticos ya han sido utilizados por quienes pedían el derribo de otros monumentos, como el Cable Inglés, que finalmente fue declarado BIC y gracias a ello hoy ahora es uno de los orgullos de Almería.
Y por otro lado, los negacionistas dicen que el monumento no tiene “autenticidad” porque se trata de una copia del monumento original derribado en 1943. Pero quienes insisten en recordar su “falta de autenticidad”, olvidan que el monumento fue destruido por la Dictadura Franquista con motivo de una visita de Franco, y que la Democracia reconstruyó el monumento en 1988. Estos hechos, hay que subrayarlo, son vicisitudes que no sólo no disminuyen sino que muy al contrario incrementan el valor histórico de este monumento dedicado a los que lucharon y dieron su vida por la Libertad.
Este argumento ha sido recogido por la propia UNESCO que defendido estas reconstrucciones cuando la destrucción del monumento ocurrió por motivos bélicos o a manos de regímenes dictatoriales, como es el caso del Pingurucho. Su reconstrucción, asegura la UNESCO, no sólo supone un episodio más en la historia de ese bien, sino que añade una serie valores basados en la restitución de la dignidad, otorgándole un sentido literal al patrimonio como legado de los antepasados que debe ser cuidado e incluso restituido si desaparece. Un ejemplo lo encontramos en la Plaza del Mercado de Varsovia, completamente arrasada por los nazis, que tras su reconstrucción fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad.
No reconocer los valores de estos bienes por ser reconstruidos es castigar doblemente a las comunidades que los perdieron una vez, y después, con su esfuerzo, han sido capaces de recuperarlos de nuevo. La historia y destrucción del monumento del Pingurucho por la Dictadura, ¿es una razón para castigar de nuevo a los Coloraos y a todos los almerienses, no reconociendo los enormes valores cívicos que este monumento representa y que año tras año recibe el homenaje institucional y ciudadano?
Finalmente, Amigos de la Alcazaba quiere recordar que el pronunciamiento de la la Comisión de Cultura del Parlamento de Andalucía, cuando el 18/06/2018 aprobó la Proposición no de Ley relativa a la Declaración del Monumento a los Mártires de la Libertad, de Almería, como Bien de Interés Cultural (expediente: 10-18/PNLC-000212), instando al Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía a iniciar los trámites «con la mayor brevedad posible» para declarar como Bien de Interés Cultural el Monumento de los Mártires de la Libertad de Almería
Por todo ello, Amigos de la Alcazaba confía en que el Pingurucho salga del limbo legal en que se encuentra y sea final y justamente protegido, enriqueciendo así nuestro patrimonio, que es nuestra propia historia.