El agua en la Alcazaba

Amigos de la Alcazaba aborda los métodos de captación, almacenamiento y distribución del agua en la fortaleza

  • La Asociación ha celebrado la undécima sesión del ciclo ‘La Alcazaba que queremos’ desarrollado en colaboración con el Conjunto Monumental
  • Corrió a cargo de María Liébana y Gloria Galeano, de Arquenova, responsables de la restauración del aljibe califal

 El torrente y manantial de conocimiento que posee la Alcazaba es tan caudaloso que el estudio de sus distintos aspectos es tan extenso como apasionante tal y como está quedando reflejado en ‘La Alcazaba que queremos’, el ciclo de actividades y conferencias que está desarrollando la asociación Amigos de la Alcazaba en colaboración con el Conjunto Monumental y que está permitiendo conocer más de distintos aspectos de la fortaleza. La última de las áreas temáticas en las que se ha puesto el foco en la undécima sesión de esta programación ha sido el agua, mediante la conferencia y visita guiada ‘Arqueología del agua en la Alcazaba. Realidades, teorías y posibles interpretaciones’, a cargo de María Liébana y Gloria Galeano, de Arquenova, responsables de la restauración del aljibe califal.

         En su exposición, las ponentes comenzaron situando el marco de la importancia del agua para comprender la relación entre el ser humano, el clima y el entorno natural y, posteriormente, urbano en las distintas sociedades. Del mismo modo, se subrayó la importancia que tuvo los avances romanos en el todo lo relacionado el agua y se profundizó en la ingeniería islámica y su innovación en torno al abastecimiento. “La ingeniería islámica se destacó por su enfoque innovador en la construcción de sistemas hidráulicos. La intrincada red de acequias, almazaras y norias refleja una sofisticada comprensión del flujo del agua y las necesidades de las comunidades”.

Para la Alcazaba el agua era vital. Elevada sobre una colina, en una ciudad árida, el agua era vida para la fortaleza, para sus palacios, jardines, baños, mezquita, para sus necesidades funcionales, militares… Agua pura, que los andalusíes recogían en cada uno de los tres recintos, de maneras diferentes.

         Estos métodos de canalización y almacenamiento de agua desarrollados han dejado huella en la arquitectura y el urbanismo, tal y como se pudo comprobar en la posterior visita. “El enfoque islámico en la gestión sostenible del agua influyó en la preservación de acuíferos y la distribución equitativa de recursos hidrológicos, creando un legado de sistema eficientes que siguieron vigentes durante siglos”, se apuntó.

         En términos de captación de agua, se citó la presencia y hallazgo de varios pozos como el vinculado junto a los baños de palacio del segundo recinto y otros pertenecientes a las casas del segundo recinto. En cuanto a las conducciones, las ponentes lamentaron que las actuaciones realizadas en la Alcazaba en la mitad del pasado siglo XX “rompieran muchas de las canalizaciones que nos hubiesen permitido conocer más”, pese a ello, se conservan algunos restos en de conducciones para las que usaban materiales como cerámica o también plomo “como ocurre en casi todo el segundo recinto”.

         También se citaron tres aljibes principales. Uno situado fuera de la ruta de visita, los baños de la tropa, el aljibe cristiano del segundo recinto o el ubicado en el tercer recinto, usado como estanque, “en el que Prieto Moreno abrió un canal hacia la muralla sur”.

         La joya de la visita fue el recientemente restaurado aljibe califal, que se considera una de las estructuras más antiguas de la Alcazaba. Una construcción asociada a las primeras fases de ocupación islámica de la fortaleza y que se encuentra en el segundo recinto de la Alcazaba, junto a la Ermita de San Juan. Con mil años de historia, tiene potentes muros de influencia preislámica, semienterrado, y con una curiosa disposición oblicua de sus naves respecto al muro exterior, tiene cinco naves, la central más ancha. Al interior es de tapial hormigonado y bóvedas de medio cañón, alzadas en sillarejos de arenisca, y al exterior de tapial calicostrado sobre base de mampostería.

         El abastecimiento se realizaba aprovechando la captación del agua de lluvia a través de las cubiertas del mismo aljibe y de otros edificios cercanos, así como de las escorrentías superficiales próximas, quizás en época medieval abasteciera a una fuente medieval anexa. Según su capacidad, Gloria Galeano estima en torno a las 400 personas la población a la que podía servir el aljibe dentro de la Alcazaba. “Hay que tener en cuenta que en aquel tiempo el consumo de litros por persona era mucho más alto que hoy, en torno a unos 250 litros”, concluyó.

         La importancia del agua ha sido siempre vital para todas las culturas,  los sistemas de abastecimiento de agua, los diversos usos del agua y la importancia de su gestión desde su papel en la ingeniería y arquitectura, como en la salud pública y la vida cotidiana.

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