Destruyen el Acueducto de las Cumbres
(Máquina machacando el acueducto y acuarela de José Mario Sarabia)
A plena luz del día, sin complejos, en pocas horas, las máquinas han arrasado con una parte de nuestro patrimonio, un elemento que debía estar protegido por Cultura y por el Ayuntamiento de Huércal, pero que por arte de birlibirloque “perdió” su protección en beneficio de los intereses de Alvores, la empresa propietaria.
Los intereses urbanísticos y privados han vuelto a primar sobre los intereses patrimoniales y generales. Años preparando este patrimonicidio con la inestimable colaboración de la Consejería de Cultura , que calla vergonzantemente, y el Ayuntamiento de Almería, cuyo alcalde hace el papel de portavoz de los interese de la empresa. Vergonzoso.
El Ayuntamiento, con su alcalde a la cabeza, presumió de amor al patrimonio de su municipio y prometió que salvaría una parte del acueducto. Pero el entendimiento del alcalde nunca fue con Amigos de la Alcazaba y la Plataforma, que defendían que la integración del monumento debía suponer un valor para la propia urbanización, sino con la empresa urbanizadora, que nunca tuvo entre sus proyectos conservar el acueducto. La connivencia de la empresa Albores, autora de la destrucción del acueducto, y el Ayuntamiento es total.
Pero pese a la declaración de amor al patrimonio de Huércal, pese a las promesas del alcalde de que conservarían al menos 5 arcos, este lunes 26 de julio las máquinas arrasaron el acueducto. No han dejado ni 5 arcos, ni tres, ni uno. Han destruido todo el acueducto, el mismo que figura en la web del Ayuntamiento como uno de los iconos de su patrimonio.
El acueducto de las Cumbres ha sido destruido. Hoy el patrimonio almeriense es más pobre. Pero esta historia no debe acabar aquí. Todos debemos sacar conclusiones de esta lección, empezando por los responsables de esta destrucción del patrimonio común.