El paisaje industrial de Santa Fe de Mondújar: Puente entre culturas
Fotografía de © Pako Manzano
Desde mi ventana /19 – Amigos de la Alcazaba
“El paisaje industrial de Santa Fe de Mondújar: Puente entre culturas”
Por Manuel Pérez Sola. Maestro
Todo visitante que llega a Santa Fe de Mondújar, se siente sorprendido por la imagen de esos enormes puentes, que arqueados sobre el río Andarax, están perfectamente integrados en el paisaje, la historia, la cultura y el imaginario de las gentes de este pueblo; en el que la aridez de las montañas cercanas contrasta de forma rotunda con el verdor de los primorosos cultivos de cítricos que ocupan las márgenes del río, mientras la estampa del pequeño pueblo de casitas blancas en el que parece haberse detenido el tiempo, choca con esa impresionante obra industrial que permitió que llegara el ferrocarril a Almería hace más de un siglo.
Y es que, el primero de esos puentes se construyó en 1893 usando la ingeniería tradicional de grandes bloques de cantería para construir las pilastras de su estructura, y los últimos avances tecnológicos mediante vigas y remaches de hierro para fabricar el armazón sobre los que discurriría el trazado de las vías; siguiendo el modelo del prestigioso estudio del ingeniero Gustavo Eiffel, que ya demostró con su famosa torre en la Exposición Universal de París, la gran versatilidad de las estructuras férreas para acometer la construcción de cualquier tipo de infraestructura.
Pero es que este puente, además de sus impresionantes características técnicas (uno de los más altos y largos del país en su momento, con un desnivel y curvatura inusual en construcciones de este tipo), también fue responsable indirecto del descubrimiento del yacimiento arqueológico de Los Millares; ya que muchas de las piedras que se utilizaron para su construcción se cogieron de la cubierta de tumbas funerarias que habían permanecido ocultas más de 5.000 años, sacando a la luz tan impresionante necrópolis.
En 1911 se electrifica el puente junto con el tramo ferroviario comprendido entre las estaciones de Gádor y Gérgal, para aumentar la potencia y la velocidad con la que afrontar los 700 metros de desnivel que han de superar los trenes que regresan a Alquife después de haber transportado el mineral de hierro al puerto de Almería; convirtiéndose en el primer ferrocarril electrificado de España, gracias a la central térmica de carbón que se construyó en las proximidades del río y de la que solo queda como testigo la chimenea de expulsión de gases, ya que el resto de la instalación se desmontó en 1959 con la aparición de la locomotora de fuel.
En 1973 se construye uno nuevo puente de hormigón mucho más seguro para las necesidades del momento, y el “puente de Eiffel” deja su uso ferroviario para convertirse en un excelente acceso al pueblo para personas y vehículos, con unas magníficas vistas de Santa Fe y de su entorno desde tan singular elemento de nuestro patrimonio industrial. Mientras a su lado, el puente nuevo sigue trayendo a los visitantes que eligen el tren para acercarse al yacimiento arqueológico de Los Millares, convertido en serio candidato a Patrimonio de la Humanidad.