TORRE DE LOS ESPEJOS

 

A continuación reproducimos el artículo de Juan José Ceba «Almerienses de 1910 (1)» sobre el historiador y cronista Juan Antonio Martínez de Castro, fundador de la Sociedad de Estudios Almerienses el 27 de marzo de 1910, a quien, y a título póstumo, nuestra Asociación ha concedido su premio «Alcazaba» por su defensa del patrimonio histórico y cultural de Almería.

TORRE DE LOS ESPEJOS

 Juan José Ceba

                                                       ALMERIENSES DE 1910 (1)

 Es el año 1910, en la pequeña y encantadora Almería –con sus atrasos seculares. Un grupo de historiadores, escritores e inquietos ciudadanos, han decidido sacar a su tierra del ostracismo y el pozo de la desidia en que se encuentra; desentrañando su pasado, siendo conscientes de los lastres que impiden su despegue, y abriendo vías para su crecimiento.

            Al abogado e historiador Juan Antonio Martínez de Castro, le hiere la falta de sueños abiertos de sus paisanos, hacia un mañana de germinaciones. Ha agrandado la luz de una idea, y convocado a un grupo de amigos, en los bajos de la actual Diputación, el veintisiete de marzo de 1910 –hace ahora un siglo- para constituir la Sociedad de Estudios Almerienses. Llegan el arabista y escritor José Luís Fernández Alvárez, el novelista José María de Acosta, el primer especialista en los poetas del siglo de oro Juan Millé; el maestro Francisco Manzano –amigo desde la infancia de Martínez de Castro- acompañado de su hermano Andrés; el político José Sánchez Entrena, que será elegido presidente de la Sociedad de Estudios, y quien tres años después llegará a la alcaldía de la ciudad.

            Acaba de proponer, Martínez de Castro, como sello de la Sociedad naciente, el escudo de la ciudad con la leyenda “Todo por Almería y para Almería”.

            Entre los asistentes se sienta el prestigioso Fausto La-Gasca, doctor en ciencias, que, en 1916 sueña con la creación del Parque de la Hoya. No han faltado los familiares del investigador Martínez de Castro: su padre, Juan Antonio Martínez Rodríguez, comerciante incansable, nacido en los altos de Serón. Pronto le nombrarán Presidente de la Junta de Obras del Puerto. Y los cuñados del historiador, José Romero, farmacéutico, que regenta una botica en el Paseo; y Diego O´Connor, que ha de vivir en Nueva York  con la lucha del negocio de la uva, hasta que esa fiebre del oro venga abajo.

            Han acudido también José Sánchez Picón, desde su ferretería del Paseo; un hombre generoso del negocio uvero, Juan González Ramírez, quien ha de prosperar con su barrilería; el acomodado Luís Gay Padilla, junto a otros prohombres, Juan García Cirre y Francisco Quesada, que aspiran a una Almería próspera.

            A los más de cuarenta fundadores, se une el nombre del arqueólogo Luís Siret, como Socio Honorario, “infatigable y afortunado investigador de nuestras antigüedades…que ha ilustrado de modo sobresaliente en trabajos doctísimos”, según  palabras de Martínez de Castro, elegido secretario de la nueva institución cultural. La defensa a favor del patrimonio constituye la primera razón de ser de aquella Sociedad de Estudios.

           El arqueólogo Luís Siret fue nombrado Socio de Honor de la Sociedad de Estudios Almerienses, creada hace un siglo

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