LOS VECINOS DEL DIEZMO RECLAMAN EL RECONOCIMIENTO Y DIGNIFICACIÓN DE SU PATRIMONIO Y DENUNCIAN QUE SU CASTILLO SE HA CONVERTIDO EN UN GUETO ILEGAL
La Asociación “El Patio” del Diezmo invitó hace unos días a la Junta Directiva de Amigos de la Alcazaba para que conociéramos la realidad de su barrio y la lucha que llevan a cabo los vecinos para que se reconozca la identidad de este barrio, con más de 400 años de historia, así como la dignificación de su propio patrimonio histórico, que se encuentra en el más completo abandono y olvido.
UN BARRIO CON 400 AÑOS DE HISTORIA
Saben muy bien los vecinos lo importante que es la recuperación de su patrimonio como símbolo de su propia identidad. La historia del barrio del Diezmo comenzó hace más de 400 años cuando el rey Felipe III mandó construir el castillo que da nombre al barrio: un gran edificio-almacén formado por un patio cuadrado rodeado de muros con garitas y troneras, que se utilizaba para almacenar los tributos agrícolas y ganaderos. Justamente en una zona de huertas y cortijos aislados, que desde la época musulmana alimentaba con sus productos a la ciudad de Almería.
En torno al castillo se fue creando un barrio que, alejado de la ciudad y fuera de control de los organismos municipales, siempre estuvo abandonado a su suerte. En el siglo XIX los vecinos vivían de recoger las basuras de la ciudad para la cría del ganado porcino. Los malos olores y la inseguridad de la barriada dio lugar a alguna copla popular: “No pases por la Mezquita/ ni atravieses por el Diezmo/ mira que de noche salen/ las brujas y los engendros”.
A finales del siglo XIX el Ayuntamiento pone en marcha el proyecto de Trinidad Cuartara para el adecentamiento urbano del barrio, construyéndose 60 casas de las llamadas de “puerta y ventana”. En las décadas siguientes el barrio dará cobijo al Manicomio, la Prisión, la Casa de Ancianos, el Seminario…, produciéndose la transformación definitiva a partir de los años sesenta y setenta, momento en que el barrio del Diezmo se integrará definitivamente en la ciudad.
Pero todavía, como otros barrios periféricos, los vecinos del Diezmo deben trabajar duramente por la dignificación de su barrio, tal como lo está haciendo la Asociación “El Patio”, cuya sede fue levantada con las propias manos de los vecinos, lo que da una idea de su espíritu de lucha, que tan bien representa su presidente Francisco Cazorla.
EL CASTILLO DEL DIEZMO
Francisco Cazorla (Presidente de la Asociación “El Patio”) y José Pedro Saiz (vecino y miembro de la AAAA) nos mostraron la lamentable y bochornosa situación del Castillo del Diezmo y de su entorno, con un abandono total del Ayuntamiento, pese a las continuas denuncias de los vecinos. No es solo que la muralla perimetral esté sufriendo graves e irreparables daños, es que el interior se está convirtiendo en un auténtico gueto, provocando un gran malestar entre el resto de la vecindad, con construcciones ilegales de viviendas que se hacen a plena luz del día, así como tomas incontroladas de agua y luz. Y el Ayuntamiento, que es el propietario del castillo, no hace absolutamente nada al respecto.
Esta grave situación debe solucionarse previamente a la recuperación de un Bien de Interés Cultural, reconocido como Monumento desde el año 1949. Seguramente los actuales tiempos no son los más adecuados para abordar la recuperación integral del castillo, pero tampoco lo fueron los tiempos de vacas gordas pese a las promesas: “el Ayuntamiento de Almería quiere resaltar la voluntad municipal de devolver y recuperar dicho espacio emblemático para el uso y disfrute de la ciudad” (concejal Juan Megino, 2007)
MOLINOS, ALJIBES, FUENTES…
El inicio del siglo XIX supuso el despertar de Almería, que aumentó considerablemente su población. Fue necesario poner en funcionamiento las antiguas fuentes de agua musulmanas, tanto para la ciudad como para la vega que tenía que alimentarla. En el Diezmo queda el recuerdo de molinos, aljibes y fuentes que nos recuerdan las prácticas agrícolas de esta zona hasta solo unos pocos años.
LA TRISTE HISTORIA DEL MOLINO DE LOS DÍAZ. «PUDO HABER SIDO Y NO FUE, ¡LÁSTIMA!»
Ya es casi de noche cuando visitamos el Molino de los Díaz, construido hace más de 150 años. Su último propietario, Octavio Díaz, sale de casa para atendernos personalmente. Nos cuenta con dolor la historia de su molino, que tuvo que ceder al Ayuntamiento a cambio de unas promesas que no se cumplieron. Su casa llama la atención, pues en lugar de ventana tiene un enorme escaparate, que es un quejido del abandono en que se encuentra el molino. En letras más grandes se lee: «La época más feliz y grandiosa de mi querido molino. Fue merendero y parque infantil, 1971. Sirvió de distracción y esparcimiento de los ciudadanos. Pudo haber sido parque municipal de la barriada de Los Molinos. Pero por desidia del entonces Ayuntamiento Año 1980 se perdió la ocasión. Pudo haber sido y no fue…¡Lástima!»
Desde 1980 se viene denunciando el abandono del Ayuntamiento por uno de los últimos molinos de la ciudad. El deterioro es continuo no solo por el paso del tiempo sino también pos los actos vandálicos, cada vez más frecuentes. Una vecina nos indica que esta misma mañana se ha avisado de nuevo a la policía por un pequeño incendio en su interior.
La solución pasa por su puesta en valor y uso continuado. Esto no supondría ningún importante coste económico.
Amigos de la Alcazaba apoya estas demandas de los vecinos del Diezmo y se suma a ellos en su petición al Ayuntamiento de que atienda sus demandas de dignificar su patrimonio.