Banderas Negras en la TORRE DE LOS CERRILLOS
«Quién te vio y quién te ve, desmochada, derruida, desahuciada, repudiada, por los de un término y otro, nadie quiere saber nada de ella, unos se echan el muerto a otros, y ella, mientras cayéndose piedra a piedra, hasta finalmente dar con su estructura en tierra, como gigante caído, con el peso de sus 500 años, testigo de episodios y lances, como desembarco de moriscos, tragedias en el mar, contrabando, y toda clase de piratería» (Gabriel Cara)
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La Torre de los Cerrillos podría representar muy bien el abandono que sufre una parte importante de nuestro patrimonio castellológico y eso a pesar de que desde 1949 está protegida por la ley que la declara monumento y Bien de Interés Cultural.
Situada en el bello Paraje Natural de Punta Entinas y con casi quinientos años de historia, la Torre de Cerrillos se desmorona ante la pasibilidad de la Consejería de Cultura y los Ayuntamientos de El Ejido y Roquetas, que no quieren saber nada de ella.
Nuestro amigo Gabriel Cara viene luchando hasta el cansancio por la recuperación de este torre, como dice en su artículo: «Desde el año 1979, vengo insistiendo con todas las Corporaciones Municipales habidas en Roquetas de Mar, por la restauración de esta torre pero lamentándolo mucho, hasta aquí nadie se ha interesado por ella, últimamente sólo pedía que se le dieran unos «pegotazos» con el objeto de que no se derrumbara pero ni eso, han podido más los años y las inclemencias del tiempo que la voluntad de los políticos de poner remedio«.
En marzo de 2009 Izquierda Unida ya elevó una pregunta parlamentaria sobre la puesta en valor del patrimonio histórico de este paraje. Ecologistas en Acción y Amigos de la Alcazaba se entrevistaron con la Delegada de Cultura para transmitirle nuestra preocupación por la posibilidad incluso de que el derrumbe de la torre pudiera ocasionar alguna desgracia entre las personas que se acercan a ella. De nuevo Izquierda Unida anuncia que pedirá al parlamento andaluz la recuperación de este monumento almeriense.
