VISITA-HOMENAJE DE AMIGOS DE LA ALCAZABA A LOS PINTORES INDALIANOS CON MOTIVO DEL 90 CUMPLEAÑOS DEL PINTOR FRANCISCO ALCARÁZ. ARTÍCULO DE MARÍA DOLORES DURÁN, HISTORIADORA DEL ARTE E INVESTIGADORA DEL MOVIMIENTO INDALIANO

VISITA-HOMENAJE DE AMIGOS DE LA ALCAZABA A LOS PINTORES INDALIANOS CON MOTIVO DEL 90 CUMPLEAÑOS DEL PINTOR FRANCISCO ALCARÁZ. ESTA GUIADA POR MARÍA DOLORES DURÁN, HISTORIADORA DEL ARTE E INVESTIGADORA DEL MOVIMIENTO INDALIANO, QUIEN ADEMÁS NOS ESCRIBE UN ARTÍCULO SOBRE FRANCISCO ALCARÁZ.

VISITA «LOS INDALIANOS DEL MUSEO DOÑA PAKITA Y DE LA EXPOSICIÓN «LO INDALIANO» DEL CENTRO UNICAJA»
ESTE VIERNES
TODAS LAS PLAZAS ESTÁN CUBIERTAS

FRANCISCO ALCARAZ, 90 AÑOS DE PINTURA ALMERIENSE

«5 de febrero de 1926, hace justo 90 años, nace un almeriense que habría de llevar su arte fuera de nuestras fronteras: Brasil, Alemania, Suiza y fundamentalmente Madrid y París, donde conocería a Picasso,  debatiendo juntos los postulados indalianos,  ante los que el malagueño universal solía comentar que no entendía como no les había fusilado Franco.

Su niñez transcurriría en las hoscas calles de la Almería previa a la Guerra civil, que marcaría profundamente su devenir profesional. Ingresa en la Escuela de Artes y Oficios y forma parte del grupo de alumnos -junto con Cañadas, Cantón Checa, Antonio López Díaz y Capuleto- seleccionados por Perceval que compondrían la vanguardia indaliana. Participó en la exposición colectiva de 1947 en el Museo de Arte Moderno de Madrid y su éxito personal le llevó a figurar en el VI Salón de los Once de 1948. Como muchos almerienses tuvo que emigrar a Madrid y posteriormente, en 1950, a París donde destaca como restaurador. Su prestigio va tomando cuerpo siendo seleccionado como exponente de la joven pintura francesa como de la española en diferentes certámenes de Madrid, París, Caracas, Méjico…

Regresa a España mediada la década de los 60 e ingresa como restaurador en la Dirección de Bellas Artes de Madrid, llegando a fundar el Centro de Restauración del Museo de Arte Popular en Santillana del Mar. Los años 70 le llevan por el continente Americano, viviendo en Estados Unidos, Méjico y Brasil.

Su vida se desenvuelve entre gubias y pinceles, entre conversaciones y viajes, entre su residencia de Saldaña en la Sierra de Ayllón y su breves estancias en Almería. Su memoria guarda múltiples anécdotas vividas con insignes personajes como Eugenio d´Ors, Carmen Laforet, Narciso Yepes, Picasso, Rafael Alberti, Dominguín, Jean Cocteau, J.A. Vallejo-Nájera, Buero Vallejo, A. M. Campoy… Una vida abigarrada, compleja, llena de empuje en su eterna serenidad. Sus cuadros reflejan todo aquello que vive y no quiere olvidar. Pero su maestría no sólo está en sus pinceles, en sus famosos y demandados cuadros de París, Madrid o Saldaña, sino que también sus restauraciones han dejado intensa huella en toda Europa, sin olvidar su ciudad natal donde ha pinturas y tallas han pasado por el repaso de sus manos, volviendo a tener la lozanía de su origen.

Hoy, el último indaliano vivo se refugia en Garganta de los Montes, pueblecito del norte de Madrid, donde su valle regado por el Lozoya le transmite la tranquilidad que demanda su espíritu. Allí, recuerda su azarosa vida, siempre ligada al mundo del arte con mayúscula, a la expresión plástica de unas imágenes del mundo que le rodea, a la belleza tridimensional de unas restauraciones o a los eternos perfiles de impresionantes marcos que demandaron  artistas como Picasso o Juan Gris»

María Dolores Durán Díaz.
Profesora e investigadora de Arte.

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