Trabajadores de La Alcazaba informaron de taladros en los muros pero «no se actuó hasta dos días después» (artículo de La Voz de Almería, 1-7-2016)
«Según el sindicato Ustea, los trabajadores cumplieron escrupulosamente con su obligación»
El delegado de Cultura, Alfredo Valdivia, y la directora de la Alcazaba, María Luisa García.
Enlace al artículo de la Voz de Almería: http://www.lavozdealmeria.es/Noticias/109604/5/Trabajadores-de-La-Alcazaba-informaron-de-taladros-en-los-muros-pero-
«Trabajadores del conjunto monumental de La Alcazaba han indicado que los empleados que se encontraban en el recinto cuando se produjo el taladro de anclajes para montar un escenario en el Patio de Armas informaron a la directora del centro por teléfono el 18 de junio y han asegurado que la responsable «no actuó hasta que la prensa difundió la agresión dos días después».
«Los trabajadores cumplieron escrupulosamente con su obligación», ha trasladado el sindicato Ustea en un comunicado, en el que precisa que estos trabajadores «no son técnicos, por lo que en nada les compete el seguimiento de las obras» frente a la directora «que tiene exclusividad y cobra por ello».
El sindicato ha asegurado que los trabajadores están «hartos» de que los responsables «se cuelguen las medallas y echen la culpa a los trabajadores cuando haya problemas», y ha advertido de que «no van a tolerar que se echen balones fuera, no se asuman responsabilidades y se sugiera que la agresión al patrimonio de la Alcazaba ha sido negligencia de los que sí estaban allí porque sí estaban cumpliendo con su obligación».
Al hilo de esto, ha criticado que La Alcazaba tiene los mismos trabajadores que cuando la visitaban 80.000 turistas y desde su creación en 1990. En concreto, dos vigilantes por turno para guardar dos hectáreas y media de superficie dividida en tres recintos.
«En aquel momento –han precisado– sólo había un vigilante de la Junta para vigilar los 22.500 metros cuadrados ya que el compañero estaba de servicio y un vigilante de un grupo de seguridad encargado de la entrada cuando la Alcazaba tiene casi medio kilómetro de un extremo a otro del monumento».
Ustea ha señalado que, en el ejercicio de sus funciones, los trabajadores «»que han denunciado a la dirección por escrito no habiéndose establecido ningún protocolo y que también se han producido «desgraciados hechos en el mismo lugar que han acabado con actos irreparables pero tampoco se ha habilitado un protocolo».
Por último ha reclamado, tal y como, según ha remarcado, ha trasladado repetidamente en las mesas de negociación en Sevilla «normas de uso y de visita comunes para estos centros.» «¿Tiene la Alcazaba estas normas de uso? ¿Hubo proyecto de montaje? ¿Se aprobó? ¿Cuándo se revisó por última vez el montaje antes de los hechos? ¿Quién dio órdenes a los montadores y a la empresa, y cuándo? ¿Quién dio por terminado el montaje?», han interpelado para concluir».