EL PATRIMONIO CULTURAL DE ALMERÍA Y LOS AMIGOS DE LA ALCAZABA. ¿QUÉ HA CAMBIADO EN 12 AÑOS”, por Maite Pérez, Presidenta de Amigos de la Alcazaba
El 29 de enero se celebró en la casa de las Mariposas la fiesta del Patrimonio almeriense que representa la entrega de nuestros premios anuales. Los premios “Alcazaba” de este año han sido otorgados a ASAFAL, la Congregación de concepcionistas Franciscanas (las monjas de las Puras con motivo de su V Centenario) y Alfonso Ruiz García y el pinchoso “Chumbo Verde” ha recaído en el Ayuntamiento de Almería por su actuación en el “Mesón Gitano”.
La entrega de estos IX premios, cuando nuestra Asociación está a punto de cumplir 12 años, es un buen momento para echar la vista atrás y mirar con la perspectiva de este tiempo transcurrido.
Cuando los 11 miembros fundadores comenzamos nuestra andadura, Almería era un páramo desde el punto de vista patrimonial. A modo de ejemplo, no existía ningún museo, ya que el Arqueológico se encontraba entonces cerrado y no se reabrió hasta dos años después, en 2006. En 2004 gozábamos pues del raro “privilegio” de ser la única capital de España sin ningún museo.
Este abandono histórico que sufría el patrimonio corría parejo al hecho de que la sociedad civil organizada para defenderlo brillaba por su ausencia. Esta situación nos condujo a ampliar nuestros objetivos y rápidamente adquirimos ámbito provincial y nos convertimos en Delegación Provincial de la Asociación Nacional de los Castillos, llegando a organizar el Día Nacional de los Castillos en 2006 coincidiendo con el V centenario del castillo de Vélez Blanco.
Las “Tres D”, difusión, defensa y disfrute del Patrimonio almeriense se convirtieron en nuestro lema, y los grandes problemas del patrimonio almeriense fueron objetivos a los que dedicamos nuestro trabajo:
La Alcazaba, las murallas de Almería, el cerro de San Cristóbal, el patrimonio de la Chanca, la Molineta, el cortijo del Fraile, los castillos de Almería y Níjar, Turaniana, el palacio del Almanzora…
Cual viaje a Ítaca, el camino que hemos recorrido ha sido hasta ahora tanto duro como ilusionante, con muchos obstáculos y zancadillas, muchas veces procedentes de quienes debieran ayudar y en cambio sectariamente patrimonializan aquello que es de todos y por tanto no tiene ni debe tener color político. Por ello siempre hemos hecho bandera de nuestra rabiosa independencia.
¿Qué ha cambiado desde 2004? Desde entonces nosotros hemos pasado de 11 a casi 600 asociados y asociadas, hemos organizado 410 actividades, y somos la Delegación provincial de Amigos de los castillos más numerosa después de Madrid. Pero más importante aún: cada día somos más los que estamos enamorados y comprometidos con nuestro Patrimonio Cultural. Afortunadamente hoy existen gran cantidad de personas y colectivos trabajando en tanto en la investigación como en la difusión del Patrimonio, y la concienciación y compromiso en su defensa cada vez son mayores.
Y más difícil todavía, se ha conseguido que el patrimonio esté entre las preocupaciones relevantes de políticos e instituciones. Y así debe ser, ya que nuestro Patrimonio Histórico no sólo es una herencia colectiva que hay que defender por ley, sino que forma parte de nuestra identidad, favorece la autoestima, así como el disfrute, y la calidad de vida de los ciudadanos, y por si fuera poco, constituye un recurso económico de primera magnitud
Por supuesto que hemos avanzado. Hoy disponemos en la capital de numerosos museos y espacios musealizados: Arqueológico, Puerta de Almería, Centro de Interpretación Patrimonial, Doña Pakita y Espacio Dos, Refugios de la Guerra Civil, Casa de Valente, Casa del Cine, Museo de Olula, Museos de Terque, Museo de Vélez Rubio… Sin embargo partimos de un gran atraso y queda tanto por hacer que el ritmo es demasiado lento.
Una prueba: la celebración del Milenio del Reino de Almería sirvió, aparte de para ilusionar a muchos y acercarlos al Patrimonio, para comprobar que es muy difícil mostrar con orgullo tanto el patrimonio milenario como el no milenario cuando se encuentra en tan lamentable estado. La Alcazaba, las murallas de Almería, el cerro de San Cristóbal, el patrimonio de la Chanca, la Molineta, el cortijo del Fraile, los castillos de Almería y Níjar, Turaniana, el palacio del Almanzora… siguen siendo grandes problemas todavía sin solución, por no hablar de muchos otros.
El patrimonio tiene que estar bien conservado y presentado, por dignidad, por nosotros y nuestros visitantes. Si queremos convertirlo en recurso económico, no podemos tenerlo hecho unos zorros.
Eso lo vivimos hace poco en nuestro viaje a Teruel, que también existe, y afortunadamente existe cada vez más gracias a dos grandes pilares: Su patrimonio natural y cultural y el ferrocarril y las buenas comunicaciones. Toda una lección para nosotros.
Y para terminar, un gigantesco agradecimiento a nuestros premiados: A ASAFAL por esos 18 años velando por nuestro patrimonio ferroviario y por su compromiso en la defensa del ferrocarril hoy, A Alfonso Ruiz, por tantos y tantos años investigando, difundiendo y defendiendo el Patrimonio almeriense y a las monjas de las Puras, por seguir velando por esa inmensa joya del Patrimonio almeriense que es el convento en el que habitan. Ojalá que este premio os dé ánimo para continuar con vuestra tarea.